Resumen:
El crecimiento económico del Perú viene siendo hasta hace unos años un ejemplo para la región y el mundo. Dicho crecimiento se traduce en el crecimiento de diversos sectores productivos, entre ellos, el sector construcción, como una de las actividades más dinámicas de la economía peruana. Parte de este crecimiento, se debe al fuerte impulso del sector privado a través del crecimiento del empleo y a las facilidades otorgadas por el sistema financiero para la construcción de edificaciones. Sin embargo, y a pesar del optimismo reinante el buen comportamiento de la actividad constructora en Perú debe venir acompañada de una necesaria seguridad integral, parte de la cual se encuentra comprendida por los sistemas eléctricos. En el Perú, la puesta de sistemas eléctricos se encuentra reglamentada y enmarcada en una normatividad que asegura casi la totalidad de los aspectos a considerar, sin embargo hablar de puestas a tierra en un proyecto de construcción es hablar del último elemento a considerar. Como sabemos, generalmente, los tomacorrientes y enchufes en nuestro país tienen dos polos o puntos de contacto, que no ofrecen suficiente seguridad, para ello, hace falta un tercer conductor de puesta a tierra que es un sistema de descarga de energía eléctrica. El conductor de puesta a tierra se inicia en un pequeño punto del edificio, o debajo de la superficie de la construcción y es de fácil instalación. De esta forma y ante posibles fallas de aislamiento de los conductores de algunos equipos eléctricos, se corre el riesgo de que la cubierta metálica de éstos quede con tensión eléctrica. En estos casos, la puesta a tierra conduce la electricidad alejando el peligro en una forma segura. Un sistema de puesta a tierra es un grupo de elementos conductores equipotenciales, en contacto eléctrico con el suelo o una masa metálica de referencia común, que distribuye las corrientes eléctricas de falla en el suelo o en la masa. Comprende electrodos, conexiones y cables enterrados. Su propósito es proteger y permitir la normal operación de los diversos sistema eléctricos y electrónicos y principalmente la seguridad de las personas que están en contacto o en áreas de influencia de sistemas eléctricos. En la práctica la pregunta que se hacen todos es, qué tan importante es la puesta a tierra. Pensemos en una posible falla, la cual, según los especialistas constructores de la puesta a tierra, aseguran que nunca les ha ocurrido y por tanto no ocurrirá, pero si ocurre, y un equipo costoso se quema, podríamos pensar que obviamente fue culpa de la puesta a tierra, como suele decirse, pero pensemos ahora en una situación peor, que algún familiar querido toque uno de los equipos y la falla sea suficiente para dejarlo sin vida, acaso, no hubiese escatimado en invertir tiempo y dinero en proyectar la mejor protección, para que su familiar no corra ningún riesgo, y mucho menos pierda la vida. La puesta a tierra es uno de los elementos que conforma un sistema de protección, el mismo que está conformado por varios elementos y todos deben diseñarse y especificarse adecuadamente, siguiendo las recomendaciones normativas. Si alguno de estos elementos falla o no cumple su función cuando se le exige hacerlo, entonces podríamos tener consecuencias irreparables, por tanto especificar, detallar e invertir tiempo y recursos para asegurarnos que todo funcione correctamente, es responsabilidad de todos, desde el proyectista hasta el dueño y usuario. Un sistema de puesta a tierra involucra conocer la resistividad del suelo, las diferentes configuraciones de los sistemas de distribución, el cálculo apropiado de la configuración del electrodo elegido, los lineamientos para su construcción económica y las modalidades de mantenimiento. Todo ello para mantener la resistencia de un valor referencial apropiado y los potenciales dentro de los niveles esperados. La resistividad es uno de los principales parámetros del comportamiento del suelo y como este es uno de los componentes involucrados en un sistema de puesta a tierra se vuelve determinante para un diseño correcto; este parámetro se mide fundamentalmente para encontrar los puntos más apropiados para localizar los sistemas de puesta a tierra. La resistividad del suelo es la propiedad que tiene éste para conducir electricidad, es conocida como la resistencia específica del terreno. Si nuestro sistema de puesta conformado por pozos y malla a tierra, es correcto y con garantía, no solo podríamos evitar desgracias por esta deficiencia, sino que daríamos un valor agregado a destacar a la hora de ofrecer una venta, alquiler o similar a nuestros clientes. Es necesario enfocar nuestro esfuerzo en brindar seguridad a nuestros proyectos de construcción y en ese sentido es necesario invertir tiempo y recursos en proponer y concretar lo correcto, informarnos y actualizarnos en las tecnologías adecuadas y sobre todo pensar que el valor de una vida se antepone a cualquier ahorro u omisión.